As paisagens da minha infância!!!
Adelina Maria Garrido Charneca, nació en la
pequeña parroquia de S.Bento del Ameixial, municipio de Estremoz, vive en
Lisboa y...
escribe como forma de liberación, para ser
una persona con sentido, hacer suceder las cosas y contarlas, como forma de
sentir con los sentidos siempre despiertos para el bello y apasionante ser,
su igual...y,
trae consigo los sabores y los olores
de las cocinas de Alentejo, las carnes curadas cocinadas en grandes ollas
de un peso inusitado colocadas estratégicamente alrededor de una lumbre que
ardía en una enorme chimenea, de las hierbas aromáticas del horno de leña de
donde venía un espléndido aroma a pan caliente acabado de cocer
absorbiendo el aceite derramado sobre él, el sabor de las tibornas (tiborna es
el pan acabado de cocer con aceite y azúcar por encima) que comía sentada a la
lumbre. Trae mucho de Alentejo dentro de ella tal vez el Alentejo
que solo existe en su mundo imaginario pero es este Alentejo de su niñez
aquel que echa de menos, aquel que podía haber sido y no fue, Alentejo del
misterio que quedará para siempre por desvelar.
Diría que Alentejo es ''suyo' 'por ser fruto
de su imaginación (no por exacerbado localismo)...recuerda aún las paredes
encaladas y la frescura que de ellas emanaba, los cantos de los ranchos de
gente trabajadora cantando melodías de moda como desafío, escuchados a lo
lejos ora en los dorados trigales segando las espigas ora en los
fríos olivares cogiendo la aceituna, bebiendo agua del pozo refrescada en
cántaros de barro o llegándose a la lumbre hecha en el suelo para calentar un
poco las puntas de los dedos que en el contacto con la tierra helada tendían a
congelarse, el cantar de los pajarillos o hasta el cortejo del hombre a la
pareja que trabajaba la tierra. El vuelo del águila siempre le encantó. Desde
entonces le envidia en su altivez y posibilidad de enseñorearse de todo el
cielo azul que por estas tierras de sueño tiene un azul más acentuado. Trae,
menos mal, presente los colores y el monte de su infancia aquel que primero
quedó marcado en su memoria y aún hoy después de tantas experiencias continúa
bien vivo en ella. Alentejo y su inmensidad es lo que más le amplió los
horizontes, le hizo ese ser que no se contenta con mirar lo corto y estrecho.
Adelina Charneca
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